{Ficha} Lisette Vertorre.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Originalmente Lisette siempre fue una niña encantadora, haciendo y diciendo lo que todos querían hacer y oír, siendo "la niña perfecta". Esto fue debido a la familia en la que nació, rica y de gran status, por lo que no se podía permitir quedar mal ante la gente. Sin embargo, tras la masacre en su ciudad, la muerte de su familia y muchísimos más acontecimientos que pasaron en su vida, fue guardando más y más rencor y odio en su ser. Y poco a poco, sin que Lisette se diera cuenta, fue naciendo Lieselotte, es decir, la otra cara de la moneda. Lisette dejó de ser la niña perfecta que solía aparentar ser, para ser ella misma. Era amable y tranquila, algo torpe y siempre queriendo ayudar a las personas. Pero Lieselotte era todo lo contrario: era mezquina con todo el mundo, utilizaba a las personas a su propia conveniencia y no dudaba matar al que ya no necesitaba. En resumen, Lisette pasó de ser una persona normal, a tener dos personalidades, que según su estado de ánimo aparecía una u otra. Al principio era algo que Lisette no podía manejar, pero al cabo de los años fue dominándose a sí misma. Aunque, según los ataques que le den puede o no "volverse loca".

Actualmente Lisette tiene a ser una persona tranquila y serena. Esto se nota desde su voz hasta sus acciones. Es amable de naturaleza, la gusta ayudar y cuidar a las personas. De hecho, es muy servicial y educada, y no solo cuando hay visitas, todo el tiempo se muestra con modales. Amante de la naturaleza y los animales, gusta de mirar flores y escuchar el canto de los pájaros. Es frágil, tanto psicologicamente como físicamente, pero siempre intenta dar lo mejor de sí. Leal, únicamente con quien sea igual de leal con ella. Nunca dice sus sentimientos y problemas, siempre los esconde debajo de una sonrisa inocente. Le gusta cocinar y siempre hacerle la comida a las demás personas para ver una sonrisa en estas. Cocina bastante bien, desde postres hasta almuerzos. También cabe destacar que es torpe y olvidadiza, además de algo despistada. A pesar de no ser muy atlética, tiene muchos reflejos. Siempre con una mirada triste al encontrarse en una ciudad oscura. Nunca suele enojarse, pero si rompe, seguramente Lieselotte tome el control y puede causar en un gran desastre. Por ello es que siempre Lisette es algo alejada y distante, con tal de no hacer mal a las personas. No sabe dar buenos consejos, pero suele ser el hombro para llorar de las personas. Por su doble personalidad, quien la conoce bien, sabe perfectamente como llamarlas: Lisette el corazón puro y Lieselotte el alma oscura.

CUALIDADES & DEFECTOS

→ Cualidades: entre muchas cosas destaca sus habilidades culinarias, ya que es muy buena cocinando y además, le encanta. También tiene de cualidad sus poderes, desde telequinesis, con Lisette y la magia, con Lieselotte. Tiene muchos reflejos, aunque no es muy veloz a pie, con sus alas es bien rápida volando. También se puede llamar cualidad al corazón tan puro que tiene, siempre con una aura tranquila y cálida.

→ Defectos: la agilidad y velocidad no son lo suyo, aunque tenga bastantes reflejos y sea rápida volando, a pie es alguien muy lenta. También su cuerpo, al estar encerrada ochocientos años en un cristal, su piel y huesos son muy frágiles, tanto, que un simple rasguño pueda hacerse muy profundo y doloroso para ella. También es torpe, olvidadiza, descuidada... Un desastre, sin andar con rodeos.

HISTORIA

Lisette nació el 3 de noviembre de 1195 en Béziers, una pequeña ciudad situada en Francia. Hija de Theodora Vertorre, una gran y conocida ángel, y de Richard Vertorre, un mago reconocido como uno de los mejores. Nació y vivió durante 6 años en su ciudad natal, hospedándose en un palacio financiado por sus padres. Tuvo una infancia feliz y llena de comodidades, no se podía pedir nada más. Cabe destacar que Lisette era un gran ángel desde muy pequeña, con los poderes de su padre y la pureza de su madre. Sin embargo, todo cambió un día. Lisette se encontraba en su habitación, jugando con una casita de muñecas, soñando con un cuento de hadas. De pronto, se empezaron a escuchar gritos provenientes de la ciudad. Agitados, los padres fueron a comprobar. Nunca volvieron. Había una masacre en la ciudad. ¿El objetivo? Lisette, o mejor dicho, los Vertorre. Tras unas horas de tensión y pánico, Lisette logró escapar a lomos de un caballo de la masacre. Al girar su cabeza, lo que vio la dejó impactada: su querida ciudad natal envuelta en llamas, cadáveres por doquier, un olor a sangre fresca en el ambiente, gritos y llantos escuchándose como banda sonora... Aquello era terrible. Y Lisette solo tenía 6 años. Aún en shock por la visión de su ciudad y la muerte de sus padres, llegó al claro de un bosque lejano. Ya era de noche, no valía la pena seguir galopando sin rumbo, y además que ya estaba muy lejos de su ciudad. Durmió al lado de un gran árbol, apoyándose en una de las raíces que sobresalían del suelo y usando de manta unas ropas que tenía en su mochila. La noche pasó y el sol fue asomando sus cálidos rayos en el amanecer, despertando a Lisette de su sueño. Su caballo había escapado, así que Lisette no tuvo más que andar a pie. Pasaron los días, Lisette caminaba sin rumbo por el gran bosque, sin encontrar ninguna salida. Las esperanzas fueron terminándose para ella y un odio por las personas fue creciendo en ella.

Pero al día 7 de su caminata fue encontrada por unos cazadores. Lisette, pensando que estaría salvada, aceptó ir con ellos. Pero no fue como esperaba. Lisette fue abusada por ellos, hasta el punto de ser violada. La iban a matar, cuando escucharon un ruido cercano. Entonces, dejaron a Lisette tirada en una carretera de carros tirados por caballos. Lisette sentía miedo, dolor, tristeza, desesperación, pánico, rabia... Y todos aquellos sentimientos de odio fueron convirtiéndose en la segunda personalidad de Lisette: Lieselotte. Y así, una Lisette, cuyo corazón estaba lleno de odio, fue creciendo en una Lisette pura. La otra Lisette cambió su nombre a Lieselotte, al parecerle Lisette muy puro. Al día siguiente fue recogida por los soldados otra ciudad en la que había parado a llegar. La llevaron a una celda, donde fue tratada como un animal. Le cortaron los tendones para que no pudiera escapar y, además, apuñalada en la barriga una vez. Y, sin ya esperanzas de sobrevivir, Lieselotte tomó el control de la mente de Lisette. Y fue cuando llegó Michel Maximilien. Éste, que al parecer podía mirar en la mente y recuerdos de Lisette, le ofreció a Lisette, o mejor dicho, a Lieselotte, la venganza con el mundo. Lieselotte, que odiaba al mundo, a la gente y a Dios, aceptó sin pensárselo dos veces. Fue desterrada de los ángeles, para pasar a ser un ángel caído. Causó estragos en toda Francia, para luego pasar la frontera y empezar a arrasar el mundo entero, con el fin de destruir la Tierra. Pero unos magos, llamados Caballeros Negros, temiendo por su plan, la encerraron durante 800 años en un cristal, cuando Lieselotte tenía aproximadamente 15 años. Al despertar de su letargo de 800 años, Lieselotte seguía "durmiendo" y Lisette era la que dominaba la mente y cuerpo. Al no recordar nada de su pasado ni el porque estaba encerrada en un cristal, pidió socorro. Un hombre apareció, dijo llamarse Raymond Roger y ser el tío de Lisette. Lisette, al haber adquirido mucho poder con Lieselotte, rompió el cristal y salió. Salía vestida con un traje blanco, de estilo lolita, y parecía estar "como nueva".

Raymond Roger la llevó de nuevo a Francia, que ya había sido restaurada del desastre de Lieselotte. Fueron a una ciudad considerada sagrada, donde Lisette se hospedó en una iglesia. A los días de vivir allí, Roger le presentó al a que sería su hermana desaparecida, Maria Vertorre. Las dos se hicieron muy amigas, lo hacían todo juntas. Entre ellas se forjó un lazo irrompible. Maria era un ángel y tenía prohibido contarle nada a Lisette sobre lo que había ocurrido antes de los 800 años. Lo que Lisette no sabía era que, tanto Roger como Maria, eran inmortales, gracias a una piedra que los dos siempre cargaban, Roger como anillo y Maria como colgante. Lisette vivía como campesina y trabajaba en la iglesia limpiando y acompañando a los creyentes. Pero un día, cuando Lisette se acercó a un río a bañarse, como era de costumbre, vio su reflejo en el agua. En ese momento recordó todo lo sucedido antes de ser encerrada en el cristal. Se negaba a que fuera cierto, por lo que fue a preguntarle a su tío Roger. Al ir a su casa estaba el cadáver de su tío arrojado en el suelo, sin el anillo en el dedo. Lisette volvió a la iglesia, donde encontró a Maria, su hermana, y Ursula, una muchacha que también iba todos los días a la iglesia. Al contárselo, lo dejaron en secreto, pues no querían hacer jaleo. Maria le contó toda la verdad a Lisette cuando Ursula se había ido a su casa: lo que había recordado era cierto, tenía dos personalidades, habían estado en esta ciudad para esconderse y Lisette era un ángel caído. Al pensar sobre todo aquello, Lisette decidió quitarse la vida para que Lieselotte no volviera nunca jamás. Pero Maria la paró justo cuando se iba a clavar una espada en al barriga, poniéndose delante de la espada y siendo clavada en ella. Maria había sido secuestrada hacía unos días y la habían quitado el collar de la inmortalidad, por lo que aún si no le clavaba la espada hubiera muerto.

Lisette huyó de aquella ciudad, vistiendo con una capa y capucha para no ser reconocida y también con ropas de campesina. Al pasar otro año en una ciudad de Francia, se estabilizó y volvió a ser la amable y alegre Lisette que siempre fue. Lisette, queriendo salir de Francia una vez por todas, viajó mediante su magia a Dissidia, o, mejor dicho, el reino de la oscuridad. Lisette pensó que debido a sus pecados debía perecer allí, en el reino de la oscuridad. Además de que, seguramente, nadie recordaría a una antigua bruja que arrasó toda Francia, matando desde niños y mujeres, hasta hombres y ancianos. Ahora vive en una casa no muy grande en Dissidia, siendo independiente, ya que no desea meterse en problemas, aunque cada vez que Lieselotte sale a la luz, intenta unirse a los aliados. Un día recogió un gato negro de la calle, al cual llamó Sócrates y vive con él, aunque este no pierde su "esencia" de callejero, por lo que siempre está vagando por las calles de Dissidia. Aún temiéndose a sí misma, vive, o mejor dicho, sobrevive en el reino de la oscuridad, con el fin de terminar su pecadora vida en el lugar que se merece.

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